Bueno, nunca pensé que me podía pasar ésto pero, cierro el blog. Algunos os habréis dado cuenta de que cada vez escribo menos, así que tenía que contarlo aquí, no era cosa de irme sin más y dejarlo morir de hambre. Este blog nació como punto de encuentro para compañeros, para policías que tuvieran un ratito para leer alguna historia policial con la que reflexionar o echarse unas risas. También para estar informados, con noticias judiciales, jurídicas y profesionales. Comencé a escribir este blog porque me sentía orgulloso de ser policía y quería hacer sentir lo mismo a todos los compañeros que por aquí se pasaran. Además quería dar a conocer a la opinión pública la verdad de nuestro trabajo, lejos de películas americanas, series españolas o sensacionalismo periodístico. Pero todo se ha ido al traste.
Espero que os preguntéis por qué. Pues por una experiencia relacionada con mi situación laboral y profesional que me hace perder la ilusión por mi trabajo. Digamos que es una de esas situaciones en las que los jefes nunca se equivocan y en la que los técnicos te dejan con el culo al aire, solo en medio del océano nadando hacia la humillación personal. Por eso, este blog se cierra. Desde hoy no creo en lo que escribo.
He perdido la ilusión por mi trabajo de policía, algo que jamás creí que me podría pasar. Jamás he entendido a los depresivos ni a los que vienen a trabajar con el único fin de pasar el rato para luego cobrar la nómina y hasta luego... Pero hoy los entiendo. El sistema, después de 10 años, ha conseguido lobotomizarme. A veces he pensado que es lo que buscan, convertirnos en números. Funcionarizarnos hasta extremos orwelianos. Parece que lo han conseguido. Desde hoy vendré a trabajar, realizaré el punto cero, patrullaré, haré lo que me manden y, no pensaré. Me iré a casa a la hora y cada fin de mes cobraré mi nómina, primero recortada y luego congelada.
Vendré, curraré y me marcharé, dándome igual el trabajo realizado. No importándome si el servicio ofrecido al ciudadano fue el correcto o podía haber hecho más. Dándome igual si aquello es justo, injusto, legal, ilegal o alegal. Sabiendo que si al de arriba le da igual, a mi más. Es triste pero es la verdad y, además, me he dado cuenta de ello. El único atisbo de duda que puede quedarme es pensar si rindiéndome les hago ganar, pero, como digo otras veces, es lo que hay...
Así que, buen servicio a todos y, como decía Furillo, tengan cuidado ahí fuera.
Hasta siempre,
E5
Espero que os preguntéis por qué. Pues por una experiencia relacionada con mi situación laboral y profesional que me hace perder la ilusión por mi trabajo. Digamos que es una de esas situaciones en las que los jefes nunca se equivocan y en la que los técnicos te dejan con el culo al aire, solo en medio del océano nadando hacia la humillación personal. Por eso, este blog se cierra. Desde hoy no creo en lo que escribo.
He perdido la ilusión por mi trabajo de policía, algo que jamás creí que me podría pasar. Jamás he entendido a los depresivos ni a los que vienen a trabajar con el único fin de pasar el rato para luego cobrar la nómina y hasta luego... Pero hoy los entiendo. El sistema, después de 10 años, ha conseguido lobotomizarme. A veces he pensado que es lo que buscan, convertirnos en números. Funcionarizarnos hasta extremos orwelianos. Parece que lo han conseguido. Desde hoy vendré a trabajar, realizaré el punto cero, patrullaré, haré lo que me manden y, no pensaré. Me iré a casa a la hora y cada fin de mes cobraré mi nómina, primero recortada y luego congelada.
Vendré, curraré y me marcharé, dándome igual el trabajo realizado. No importándome si el servicio ofrecido al ciudadano fue el correcto o podía haber hecho más. Dándome igual si aquello es justo, injusto, legal, ilegal o alegal. Sabiendo que si al de arriba le da igual, a mi más. Es triste pero es la verdad y, además, me he dado cuenta de ello. El único atisbo de duda que puede quedarme es pensar si rindiéndome les hago ganar, pero, como digo otras veces, es lo que hay...
Así que, buen servicio a todos y, como decía Furillo, tengan cuidado ahí fuera.
Hasta siempre,
E5