miércoles, 19 de noviembre de 2008

Carril pus

Acabo de ver en varios telediarios como todos los grupos políticos del arco parlamentario español han decidido, de forma unánime, retirar una de las infracciones que entraron en vigor con la Ley 17/2005, de 19 de julio, por la que se regula el permiso y la licencia de conducción por puntos y se modifica el texto articulado de la ley sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial. No es otra infracción que la recogida en el punto 23 de su Anexo II y que conllevaba la pérdida de 2 puntos del permiso de conducir, es decir, "Parar o estacionar en los carriles destinados para el transporte público urbano".

Bueno pues, algunos dirán que exagero pero, a mí me parece, por varios aspectos, que tal recule es una burrada. Primero porque, como tantas veces, no entiendo a los legisladores que se pegan eternidades discutiendo sobre la aprobación y desarrollo de las leyes que, luego, aprueban y desaprueban como les viene en gana. En segundo lugar, porque tal reculada supone, como otras veces digo, que "Spain is different" porque la presión de los automovilistas y usuarios viales de nuestras ciudades han conseguido que el legislador se eche p'atrás ante sus presiones y quejas.


Si bien es verdad que tal infracción no conllevaba un grave riesgo contra la integridad física de las personas -hecho que se ha mantenido en la infracción si éste se diera-, sí supone, de forma indiscutible, un gravísimo perjuicio a la fluidez del tráfico urbano en nuestras congestionadas ciudades. Y éso, lo que demuestra es que somos unos burros.



Sí, somos unos burros porque no tenemos la educación suficiente para entender que obstruir un carril bus supone un grave perjuicio para todos los ciudadanos que sufren la incomodidad del jeta de turno. Sí. Desde el consiguiente frenazo autobusero, al retraso de la línea, la pitada del cabreado chófer, el insulto del conductor acechado por el bus, el giro inesperado de un par de turismos, el volantazo de otro hasta la caída del motero sorprendido de improviso.



Así somos. Así son nuestros políticos. Así son nuestros conductores y así son nuestros ciudadanos. Prefieren el volantazo, la pitada, el frenazo y el mecagüentuputamadrecabronazo a que, por miedo a la sanción, sí, en vez del respeto cívico a la norma, se retire de forma unánime tal infracción de la Ley. Pues nada, tenemos lo que merecemos, así que desde ahora que no se queje ni Dios cuando el listo de turno plante su coche, furgón o camión en el carril bus y nos tengamos que joder todos los demás porque, arrearle con 2 puntitos menos es desproporcionado, que pa'eso vivimos en España ¿No? Y digo yo ¿pasará algo así en
Londres,



París,


Berlín,

Bruselas...?




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